فَجَاءَتْهُ إِحْدَاهُمَا تَمْشِي عَلَى اسْتِحْيَاءٍ قَالَتْ إِنَّ أَبِي يَدْعُوكَ لِيَجْزِيَكَ أَجْرَ مَا سَقَيْتَ لَنَا ۚ فَلَمَّا جَاءَهُ وَقَصَّ عَلَيْهِ الْقَصَصَ قَالَ لَا تَخَفْ ۖ نَجَوْتَ مِنَ الْقَوْمِ الظَّالِمِينَ 25
Una de las dos vino a él con paso tímido y dijo: «Mi padre te llama para retribuirte por habernos abrevado el rebaño». Cuando llegó ante él y le contó lo que le había ocurrido, dijo: «¡No temas! Estás a salvo del pueblo impío».