¡Oh, creyentes! Cuando mujeres creyentes lleguen como emigrantes, comprueben su fe. Dios conoce su fe. Si corroboran que son creyentes, entonces no las devuelvan a los que se negaron a creer. Ellas no son lícitas para ellos ni ellos lo son para ellas. Devuelvan a sus exmaridos la dote que ellos les hayan dado, y sepan que no hay nada reprochable en que los creyentes se casen con ellas, siempre que les concedan la dote correspondiente. No deben ustedes, por su parte, retener a las mujeres que se niegan a creer, pero pueden exigir que se les devuelva lo que hayan dado como dote, como ellos también tienen derecho a exigirla. Esa es la ley de Dios que prescribió para ustedes. Dios es Sapiente, Sabio.