De la misma manera Dios castigó a otros pueblos del pasado que eran más fuertes que ustedes, tenían más riquezas y más hijos, y disfrutaban de lo que Dios les había concedido. Ahora ustedes disfrutan [de lo que Dios les concedió], pero se sumergen en la injusticia tal como ellos lo hicieron. Sus obras no les servirán en esta vida ni en la otra. Ellos son los verdaderos perdedores.