Cuando se les recitan Nuestras aleyas como pruebas claras, quienes no cuentan con encontrarnos dicen: «¡Tráenos otro Corán o modifica éste!» Di: «No me toca a mí modificarlo por iniciativa propia. Lo único que hago es seguir lo que se me ha revelado. Temo, si desobedezco a mi Señor, el castigo de un día terrible».