Sepan que entre ustedes está el Mensajero de Dios, y que si los obedeciera en la mayoría de los asuntos habrían caído en la perdición. Dios les ha infundido el amor por la fe, embelleciéndola en sus corazones, y los hizo aborrecer la incredulidad, la corrupción y la desobediencia. ¡Esos son los bien guiados!