Él es Quien hizo que se sucedieran unos a otros en la Tierra. La incredulidad del que se niegue a creer será en su propia contra; y la incredulidad de los que se nieguen a creer no hará sino hacerlos más detestables ante su Señor, y la incredulidad de los que se nieguen a creer no hará sino aumentarles en perdición.