El Señor la aceptó complacido, e hizo que se educase correctamente y la confió a Zacarías. Cada vez que Zacarías ingresaba al templo la encontraba provista de alimentos, y le preguntaba: "¡María! ¿De dónde obtuviste eso?" Ella respondía: "Proviene de Dios, porque Dios sustenta sin medida a quien quiere".