Si el marido se divorcia de ella [por tercera vez], no podrá tomarla como esposa de nuevo hasta que ella se case con otro hombre y este último la divorcie también. Entonces, no incurrirán en falta si vuelven a casarse, si creen que podrán cumplir con lo que Dios ha establecido [sobre el buen trato]. Éstas son las leyes de Dios, las cuales aclara a gente que razona.