سَبَّحَ لِلَّهِ مَا فِي السَّمَاوَاتِ وَمَا فِي الْأَرْضِ ۖ وَهُوَ الْعَزِيزُ الْحَكِيمُ 1
Todo lo que hay en los cielos y en la Tierra glorifica a Dios. Él es el Poderoso, el Sabio.
Él es Quien hizo que los que se negaron a creer de la Gente del Libro abandonaran sus hogares en el primer destierro. Ustedes no creían que ellos saldrían, y ellos pensaban que sus fortalezas los protegerían de Dios. Pero Dios los sorprendió de donde menos lo esperaban. Infundió terror en sus corazones, y comenzaron a destruir sus casas con sus propias manos y con las manos de los creyentes. Reflexionen sobre ello, ¡oh, gente que razona!
Si Dios no hubiera decretado su destierro, los habría castigado en la vida mundanal. En la otra vida, no obstante, sufrirán el castigo del Infierno
por haberse enfrentado a Dios y a Su Mensajero. Quien se enfrente a Dios debe saber que Dios es severo en el castigo.
[Oh, musulmanes, no sientan pesar,] porque tanto si talaban una palmera o la dejaban en pie, era con el permiso de Dios, con el fin de doblegar a los corruptos.
Ustedes no tuvieron la necesidad de emplear caballos ni camellos para contribuir a lo que Dios concedió a Su Mensajero como botín, porque Dios concede a Sus Mensajeros predominio sobre quien quiere. Dios tiene poder sobre todas las cosas.
Lo que Dios concedió de la gente de las aldeas a Su Mensajero pertenece a Dios, al Mensajero, a sus parientes, a los huérfanos, a los pobres y al viajero insolvente, para que la riqueza no sea un privilegio solo de los ricos. Lo que les ha transmitido el Mensajero tómenlo, y cuanto les haya prohibido déjenlo. Tengan temor de Dios, porque Dios es severo en el castigo.
[También le corresponde una parte de dicho botín] a los emigrados pobres que fueron expulsados de sus hogares y despojados de sus bienes cuando buscaban la gracia de Dios y Su complacencia, y apoyaron a Dios y a Su Mensajero. Ellos son los sinceros.
Quienes estaban establecidos y aceptaron la fe antes de su llegada, aman a los que emigraron, no sienten envidia alguna en sus corazones por lo que se les ha dado y los prefieren a sí mismos aunque estén en extrema necesidad. Quienes hayan sido preservados de la avaricia serán los triunfadores.
Quienes vienen después de ellos imploran: "¡Oh Señor nuestro! Perdónanos, a nosotros y a nuestros hermanos que nos han precedido en la fe. No infundas en nuestros corazones rencor hacia los creyentes ¡Señor nuestro!, Tú eres Compasivo, Misericordioso".
¿Acaso no observas cuando los hipócritas dicen a sus hermanos de la Gente del Libro que se negaron a creer: "Si son expulsados, saldremos con ustedes, y jamás obedeceremos a nadie que los quiera dañar. Y si los combaten, los socorreremos"? Dios es testigo de que mienten.
Si son expulsados, no se irán con ellos. Si son combatidos, no los socorrerán. Y aun si los socorrieran huirían del combate, y de nada les serviría su ayuda.
Ellos les temen más a ustedes en su corazón que a Dios, porque son un pueblo que no comprende [la grandeza de Dios].
No combatirán unidos contra ustedes, salvo en aldeas fortificadas o detrás de murallas. Entre ellos hay una fuerte hostilidad. Ustedes piensan que ellos son unidos, pero sus corazones están divididos. Es porque que son gente que no razona.
كَمَثَلِ الَّذِينَ مِنْ قَبْلِهِمْ قَرِيبًا ۖ ذَاقُوا وَبَالَ أَمْرِهِمْ وَلَهُمْ عَذَابٌ أَلِيمٌ 15
Son como sus más cercanos precursores, que sufrieron las consecuencias de su conducta y por ello recibirán un castigo doloroso.
Como el demonio cuando le dice al hombre: "¡Niega la verdad!" Pero cuando este le obedece, dice: "Yo no soy responsable de ti, yo temo a Dios, Señor del universo".
فَكَانَ عَاقِبَتَهُمَا أَنَّهُمَا فِي النَّارِ خَالِدَيْنِ فِيهَا ۚ وَذَٰلِكَ جَزَاءُ الظَّالِمِينَ 17
El final de ambos será el Infierno donde sufrirán eternamente. Este es el final de los injustos.
¡Oh, creyentes! Tengan temor de Dios, y que cada alma considere cuánto ha obrado para el mañana. Tengan temor de Dios, porque Dios está bien informado de cuanto hacen.
No sean como quienes se olvidaron de Dios, y Dios hizo que se olvidaran de sí mismos. Esos son los perversos.
لَا يَسْتَوِي أَصْحَابُ النَّارِ وَأَصْحَابُ الْجَنَّةِ ۚ أَصْحَابُ الْجَنَّةِ هُمُ الْفَائِزُونَ 20
No se equiparan los compañeros del Infierno con los compañeros del Paraíso. Los compañeros del Paraíso son los que triunfan.
Si hubiera hecho descender este Corán sobre una montaña, la habrías visto temblar y derrumbarse por temor a Dios. Así exponemos a la gente los ejemplos para que reflexionen.
Él es Al-lah, no hay otra divinidad salvo Él, el Conocedor de lo oculto y de lo manifiesto. Él es el Compasivo, el Misericordioso.
Él es Al-lah, no hay otra divinidad salvo Él, el Soberano Supremo, el Santísimo, el Salvador, el Dispensador de seguridad, el Custodio [de la fe], el Todopoderoso, el Dominador y el Soberbio. ¡Glorificado sea Dios! Está por encima de las divinidades que Le asocian.
Él es Al-lah, el Creador, el Iniciador y el Formador. Suyos son los nombres más sublimes. Todo cuanto existe en los cielos y en la Tierra Lo glorifica. Él es el Poderoso, el Sabio.