¡Oh, Mensajero! No te entristezcas por quienes se precipitan a negar la verdad, como quienes dicen: "Creemos", pero sus corazones no creen. Entre los judíos hay quienes prestan oídos a cualquier falsedad que se diga, escuchan ávidamente sin venir a pedirte aclaración. Tergiversan el sentido de las palabras [reveladas] sacándolas de su contexto, y dicen: "Si se les dice así [acorde a su tergiversación] acéptenlo; caso contrario, rechácenlo". A quien Dios pone a prueba con una tentación, no podrás hacer nada para salvarlo. Dios no ha querido purificar sus corazones. Ellos serán denigrados en esta vida, y en la otra tendrán un castigo terrible.