Quien no disponga de los medios necesarios para casarse con una creyente libre, podrá hacerlo con una esclava creyente. Dios conoce bien la fe de ustedes, y todos proceden de un mismo ser. Cásense con ellas con el permiso de sus tutores, y denles la dote legítima y de buen grado. Tómenlas como mujeres honestas, no como fornicadoras o amantes. Si estas mujeres se casan y cometen una deshonestidad, se les aplicará la mitad del castigo que a las mujeres libres. Esto es para los que teman caer en la fornicación, pero tener paciencia es mejor. Dios es Absolvedor, Misericordioso.