رَبَّنَا لَا تُزِغْ قُلُوبَنَا بَعْدَ إِذْ هَدَيْتَنَا وَهَبْ لَنَا مِنْ لَدُنْكَ رَحْمَةً ۚ إِنَّكَ أَنْتَ الْوَهَّابُ 8
¡Señor! ¡No hagas que nuestros corazones se desvíen, después de habernos Tú dirigido! ¡Regálanos, de Ti, misericordia! Tú eres el Munífico.