No es tu responsabilidad [oh, Mujámmad] que la gente decida seguir la guía [una vez que se la has enseñado], porque Dios guía a quien quiere. Toda caridad que den es en su propio beneficio, pero no den caridad a menos que sea anhelando el rostro de Dios. Lo que hagan de bien les será recompensado sin mengua alguna.