قَالَ رَبِّ إِنِّي وَهَنَ الْعَظْمُ مِنِّي وَاشْتَعَلَ الرَّأْسُ شَيْبًا وَلَمْ أَكُنْ بِدُعَائِكَ رَبِّ شَقِيًّا 4
Dijo: "¡Señor mío! Mis huesos se han debilitado y mi cabeza se ha llenado de canas. Mis ruegos nunca fueron rechazados.