[Todos los Profetas sufrieron persecución y rechazo] al punto que cuando los Mensajeros se resignaron y tuvieron la certeza de que les desmentirían definitivamente, les llegó Mi auxilio: entonces, todos aquellos a quienes quise [salvar] fueron salvados [y los que rechazaron la verdad fueron destruidos]: pues la gente que se hunde en el pecado no puede escapar de Mi ira.